Ernesto Méndez, reportero: Viajamos a las costas del Golfo de México, hasta el poblado de Punta Limón, municipio de Alto Lucero, en Veracruz, donde se encuentra la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, la planta cuenta con dos reactores que aportan el 4.75 por ciento de la luz que consumimos en México.

Desde su construcción, Laguna Verde ha estado rodeada de polémica y dudas sobre la seguridad en sus operaciones.

A raíz del terremoto y tsunami ocurrido en Japón, que daño la planta de Fukushima, el debate sobre la energía eléctrica generada por reactores nucleares volvió a tomar fuerza en México, alentado en parte por las visitas que el secretario de Energía y el gobernador de Veracruz, realizaron a Laguna Verde para evaluar los estándares de seguridad.

Al final de este recorrido se dijo que la nucleoeléctrica funciona en óptimas condiciones. De hecho, pues ya se habla de un proyecto del gobierno mexicano para construir cuatro reactores más en Veracruz. Precisamente dos en Laguna Verde, Tamaulipas y Sonora, a un costo por unidad de cuatro mil 390 millones de dólares.

En medio de este anuncio y visita a la planta nuclear, pues el rector de la UNAM José Narro recomendó el cierre temporal de Laguna Verde, en tanto no se haga un análisis responsable del riesgo, ventajas y desventajas, precisamente, del uno de la energía nuclear.

Narro Robles, consideró que no puede ser con una visita de no expertos como se certifique todo esté bien allá en la planta.

Nos pusimos a investigar y resulta que la central nucleoeléctrica no cuenta con certificado de industria limpia desde el 27 de 2010 y, por lo tanto, pues se encuentra fuera del Programa Nacional de Auditoria Ambiental.

De acuerdo a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, la Profepa, no hay en sus archivos información sobre alguna visita de inspección realizada a estas instalaciones, es decir, en casi 19 años de existencia, la Profepa nunca ha verificado el cumplimento de las normas ambientales por parte de Laguna Verde.

Pese a ello, desde 2006 y hasta mediados del año pasado, la nucleoeléctrica obtuvo dos certificados de industria limpia, que ya vencieron, entregados por la Profepa.

La justificación es que la Comisión Federal de electricidad, la CFE, contrata sus propias auditorias y únicamente envía los resultados a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Más aún, a pesar de esta situación, la CFE mantiene en la entrada de la planta un gran letrero de bienvenida a los visitantes donde presumen que cuenta con el certificado de industria limpia otorgado por la Profepa, que ya venció.
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